Bélgica 2015
Siempre he sido un amante de los viajes a las antiguos países satélites de la antigua URSS por lo que siempre fije mis objetivos más al este de Alemania, sin embargo esta ocasión decidí visitar esas famosas ciudades que todo el mundo me recomendaba ver, por lo que preparé un viaje a centro europa.
Decidí visitar el país de Bélgica, por ser de un tamaño acorde para ser visitado en tres días, esta claro que me faltaron muchas cosas, pero uno puede hacerse una idea de lo que es el país.
Visité las famosas Brujas y Gante partiendo de base de operaciones desde Bruselas.
Tengo que decir que me gusto el país y sobre todo el ambiente navideño que había, con sus casetas de artesanía, sus puestos de gofres y sus pistas de patinaje sobre hielo. No se cual hubiese sido mi impresión sin esta estampa tan bonita, pero pude disfrutar por primera vez de una navidad en Europa.
Decidí visitar el país de Bélgica, por ser de un tamaño acorde para ser visitado en tres días, esta claro que me faltaron muchas cosas, pero uno puede hacerse una idea de lo que es el país.
Visité las famosas Brujas y Gante partiendo de base de operaciones desde Bruselas.
Tengo que decir que me gusto el país y sobre todo el ambiente navideño que había, con sus casetas de artesanía, sus puestos de gofres y sus pistas de patinaje sobre hielo. No se cual hubiese sido mi impresión sin esta estampa tan bonita, pero pude disfrutar por primera vez de una navidad en Europa.
Ubicación
Itinerario
Consejos y advertencias
- Para llegar del aeropuerto de Charleroisa al centro de Bruselas lo mejor es la compañía de autobuses https://www.brussels-city-shuttle.com/es#/. Os dejará en la estación central de Midi y desde allí podréis ir a donde os plazca.
- Aunque es un país caro, si se busca bien los sitios donde comer y se tiene un poco de paciencia con la elección del hotel puede no resultar tan caro como aparenta en un principio. Los medios de transportes son relativamente baratos por lo que desplazaros en trenes puede ser una buena opción si pensáis pasar pocos días por el país.
- El país pertenece a la Unión Europea, por lo que con el DNI será suficiente para viajar y no deberéis cambiar moneda ya que en el país se utilizan los euros.
- Aunque es un país caro, si se busca bien los sitios donde comer y se tiene un poco de paciencia con la elección del hotel puede no resultar tan caro como aparenta en un principio. Los medios de transportes son relativamente baratos por lo que desplazaros en trenes puede ser una buena opción si pensáis pasar pocos días por el país.
- El país pertenece a la Unión Europea, por lo que con el DNI será suficiente para viajar y no deberéis cambiar moneda ya que en el país se utilizan los euros.
Costes
Aquí marco los costes que nosotros tuvimos durante el viaje, pero estos dependen mucho de los tipos de hoteles que elijáis. Nosotros no somos muy sibaritas con los hoteles por los que estuvimos en hoteles céntricos y en buenas condiciones, aunque no son ningún cinco estrellas.
Avión: Vuelo directo Alicante - Bruselas con la compañía Ryanair por 109 €
Hoteles: Total por persona: 55 €
- Hotel Galia: 110 € habitación doble dos noches.
Transportes: Total por persona: 70,01 €
- Autobús Aeropuerto Charleori - Bruselas: 28 € ida y vuelta
- Tren Bruselas - Brujas - Gante: - Sarajevo: 29,50 € Ida y vuelta
- Metro: 12,60 €
Restaurantes: 46,90 € por persona.
Monumentos: 6 €
Cerveza: 7 €
TOTAL COSTE DEL VIAJE POR PERSONA: 293,91 €
Avión: Vuelo directo Alicante - Bruselas con la compañía Ryanair por 109 €
Hoteles: Total por persona: 55 €
- Hotel Galia: 110 € habitación doble dos noches.
Transportes: Total por persona: 70,01 €
- Autobús Aeropuerto Charleori - Bruselas: 28 € ida y vuelta
- Tren Bruselas - Brujas - Gante: - Sarajevo: 29,50 € Ida y vuelta
- Metro: 12,60 €
Restaurantes: 46,90 € por persona.
Monumentos: 6 €
Cerveza: 7 €
TOTAL COSTE DEL VIAJE POR PERSONA: 293,91 €
Hoteles
- Bruselas: Hotel Galia
En este caso no puedo para nada recomendar este hotel ya que es uno de los peores en los que he estado. La distancia al centro no es mucha, ya que si estáis acostumbrados a andar en unos quince minutos podréis plantaros en la Grand Place, pero sin embargo sus empleados no hablan ingles, las camas eran horribles, la ducha mala, las paredes y el techo tenían agujeros, la habitación era un cuchitril.... vamos que os aconsejo que elijáis cualquier otro hotel que se os ocurra.
Booking.
Tripadvisor.
En este caso no puedo para nada recomendar este hotel ya que es uno de los peores en los que he estado. La distancia al centro no es mucha, ya que si estáis acostumbrados a andar en unos quince minutos podréis plantaros en la Grand Place, pero sin embargo sus empleados no hablan ingles, las camas eran horribles, la ducha mala, las paredes y el techo tenían agujeros, la habitación era un cuchitril.... vamos que os aconsejo que elijáis cualquier otro hotel que se os ocurra.
Booking.
Tripadvisor.
Restaurantes
- Bruselas:
Fritland:
Este concurrido restaurante se encuentra en la plaza de la Bolsa, a cinco minutos andando de la Grand Place. No es un lugar donde estar tranquilo, sino todo lo contrario, una terraza donde tendréis que hacer cola para probar alguna de sus exquisiteces. Lo más normal será pedir un cono de patatas fritas y por supuesto el bocadillo especial de Bélgica, el Metraillet. Un bocadillo con un filete de ternera, cebolla frita, salsas variadas y rematado todo con patatas fritas, sin lugar a dudas hay que probarlo.
Trip_advisor.
Manneken Frites:
Es un pequeño restaurante de comida rápida que se encuentra en la salida de las famosas Galerias Reales de Sain Hubert, si venimos desde la Grand Place. No tiene una gran pinta, pero las patatas fritas con la salsa que nos pusieron fueron las mejores de todo el viaje. Si vais con prisa y tampoco queréis dejaros una pasta en los típicos restaurantes para turistas esta es una gran opción
Trip_advisor.
Fritland:
Este concurrido restaurante se encuentra en la plaza de la Bolsa, a cinco minutos andando de la Grand Place. No es un lugar donde estar tranquilo, sino todo lo contrario, una terraza donde tendréis que hacer cola para probar alguna de sus exquisiteces. Lo más normal será pedir un cono de patatas fritas y por supuesto el bocadillo especial de Bélgica, el Metraillet. Un bocadillo con un filete de ternera, cebolla frita, salsas variadas y rematado todo con patatas fritas, sin lugar a dudas hay que probarlo.
Trip_advisor.
Manneken Frites:
Es un pequeño restaurante de comida rápida que se encuentra en la salida de las famosas Galerias Reales de Sain Hubert, si venimos desde la Grand Place. No tiene una gran pinta, pero las patatas fritas con la salsa que nos pusieron fueron las mejores de todo el viaje. Si vais con prisa y tampoco queréis dejaros una pasta en los típicos restaurantes para turistas esta es una gran opción
Trip_advisor.
Día 1
Alicante - Bruselas
El avión salía del Aeropuerto de Alicante a las 17:45 por lo que llegamos a Bruselas sobre las 20:20. El aeropuerto donde aterriza Ryanair es el de Charleroisa que esta al sur de la capital del país. La manera más fácil de poder llegar al centro es con la compañía de autobuses https://www.brussels-city-shuttle.com/es#/, desde esta web podréis comprar los billetes sin problemas, tanto de ida como de vuelta por un precio de 14 € el trayecto. Este autobús os dejará en la estación de trenes de Midi, y desde aquí podéis coger un metro o ir andando dependiendo de lo lejos que este vuestro hotel.
Nosotros estábamos a unos veinte minutos andando, por lo que decidimos ir dando un camino y así empezar a ver la ciudad.
El hotel elegido fue el Hotel Galia, que aunque no esta relativamente lejos del centro por lo demás fue bastante malo. Tuvimos mucha suerte porque cuando estábamos llegando salía un coche del hotel que se paró y nos pregunto si íbamos a la recepción, por lo que se ve la habían cerrado y el tipo se iba a su casa, por lo que si tardamos cinco minutos más nos hubiéramos visto con las mochilas en la calle. Realmente tanto el servicio como el hotel en general son uno de los peores en los que he estado, no lo recomendaría a nadie.
Una vez dejado nuestra mochilas decidimos ir al centro para ver la famosa Grand Place, que realmente no nos decepcionó. Aunque no se encontraba llena de hojas de tulipán como sucede en verano, cuando nosotros la visitamos tenía un gigantesco árbol de navidad, que daba un gran ambiente a todos los monumentos que rodean esa magnifica plaza.
Desde aquí nos fuimos a visitar las Galerias Reales de Saint-Hubert, que realmente no son más que tiendas caras y elitistas en una calle cubierta. No vi nada interesante en estas grandes galerías.
Llegando al final de las galerías si giráis a la izquierda y subís por la calle encontraréis un bar llamado Manneken Frits, fueron las mejores patatas fritas que tomamos en toda nuestra estancia en el país por lo que vale la pena hacer una pequeña parada y darse un capricho.
Una vez saciado nuestro apetito solo faltaba probar una de las miles de cervezas que se encuentran en estas tierras y para ello fuimos a unos de los sitios más típicos de la capital el famoso Delirium Tremens. Se encuentra en la calle R des Bouchers. Es un gigantesco pub al estilo irlandés, con decenas de tiradores y una carta de cervezas que uno no puede terminar de leer. Nosotros tuvimos suerte de encontrar un belga que hablaba castellano y nos recomendó un par de cervezas que realmente nos gustaron. Este chico era de origen musulmán y nos comentó el problema que estaba habiendo ahora con ellos debido a los recientes atentados. Fue una charla muy distendida y provechosa, pero uno se da cuenta de que el racismo está en todos los países y en todas la capas de la sociedad. En cuanto al lugar es ideal para empezar una fiesta con amigos o para tomar unas cervezas mientras se tiene una buena conversación.
Como estábamos cansados decidimos irnos al hotel para poder descansar un poco y empezar nuestra visita a Brujas lo más pronto posible.
El avión salía del Aeropuerto de Alicante a las 17:45 por lo que llegamos a Bruselas sobre las 20:20. El aeropuerto donde aterriza Ryanair es el de Charleroisa que esta al sur de la capital del país. La manera más fácil de poder llegar al centro es con la compañía de autobuses https://www.brussels-city-shuttle.com/es#/, desde esta web podréis comprar los billetes sin problemas, tanto de ida como de vuelta por un precio de 14 € el trayecto. Este autobús os dejará en la estación de trenes de Midi, y desde aquí podéis coger un metro o ir andando dependiendo de lo lejos que este vuestro hotel.
Nosotros estábamos a unos veinte minutos andando, por lo que decidimos ir dando un camino y así empezar a ver la ciudad.
El hotel elegido fue el Hotel Galia, que aunque no esta relativamente lejos del centro por lo demás fue bastante malo. Tuvimos mucha suerte porque cuando estábamos llegando salía un coche del hotel que se paró y nos pregunto si íbamos a la recepción, por lo que se ve la habían cerrado y el tipo se iba a su casa, por lo que si tardamos cinco minutos más nos hubiéramos visto con las mochilas en la calle. Realmente tanto el servicio como el hotel en general son uno de los peores en los que he estado, no lo recomendaría a nadie.
Una vez dejado nuestra mochilas decidimos ir al centro para ver la famosa Grand Place, que realmente no nos decepcionó. Aunque no se encontraba llena de hojas de tulipán como sucede en verano, cuando nosotros la visitamos tenía un gigantesco árbol de navidad, que daba un gran ambiente a todos los monumentos que rodean esa magnifica plaza.
Desde aquí nos fuimos a visitar las Galerias Reales de Saint-Hubert, que realmente no son más que tiendas caras y elitistas en una calle cubierta. No vi nada interesante en estas grandes galerías.
Llegando al final de las galerías si giráis a la izquierda y subís por la calle encontraréis un bar llamado Manneken Frits, fueron las mejores patatas fritas que tomamos en toda nuestra estancia en el país por lo que vale la pena hacer una pequeña parada y darse un capricho.
Una vez saciado nuestro apetito solo faltaba probar una de las miles de cervezas que se encuentran en estas tierras y para ello fuimos a unos de los sitios más típicos de la capital el famoso Delirium Tremens. Se encuentra en la calle R des Bouchers. Es un gigantesco pub al estilo irlandés, con decenas de tiradores y una carta de cervezas que uno no puede terminar de leer. Nosotros tuvimos suerte de encontrar un belga que hablaba castellano y nos recomendó un par de cervezas que realmente nos gustaron. Este chico era de origen musulmán y nos comentó el problema que estaba habiendo ahora con ellos debido a los recientes atentados. Fue una charla muy distendida y provechosa, pero uno se da cuenta de que el racismo está en todos los países y en todas la capas de la sociedad. En cuanto al lugar es ideal para empezar una fiesta con amigos o para tomar unas cervezas mientras se tiene una buena conversación.
Como estábamos cansados decidimos irnos al hotel para poder descansar un poco y empezar nuestra visita a Brujas lo más pronto posible.
Día 2
Bruselas - Brujas - Gante
Ya que disponíamos de dos días decidimos dedicar el primero a visitar dos ciudades cercanas de Bruselas como son Brujas y Gante. Para ir a esas dos ciudades en un sólo día es muy fácil, basta con acercarse a la estación de trenes Midi-Bruselas y desde allí comprar los billetes. No hay problema ninguno ya que salen con mucha regularidad y hasta se puede comprar un billete de ida y vuelta a Brujas con parada en Gante. Debido a que son ciudades muy turísticas están muy acostumbrados a que la gente visite las dos en el mismo día. El tren cuesta unos treinta euros para las dos ciudades, por lo que se pueden visitar sin ningún problema.
Primero paramos en Brujas, ya que era la más alejada y la verdad es que me gustó mucho. Se tarda poco más de una hora y el tren te deja en la estación que esta un poco alejada del centro, pero debido a lo pequeña de la ciudad se puede ir caminando hasta la parte principal de la ciudad. Como era navidad muchas de las plazas estaban llenas de mercadillos navideños y todo estaba con alumbrado festivo y un ambiente espectacular. La primera plaza a la que llegamos fue Markt,, que se encuentra rodeada de increíbles edificios medievales donde podremos disfrutar de un arquitectura típica flamenca. Desde allí nos dirigimos a otra de las pequeñas y bonitas plazas, la Burg, donde todos los restaurantes tenían las terrazas puestas llenas de estufas para hacer la cena un poco más cálida. Podéis pasear por los canales, visitar sus imponentes iglesias o saborear una deliciosa cerveza, pero sin lugar a dudas la mejor forma de disfrutar de esta ciudad es simplemente deambular por las calles empedradas mientras se observa como la gente entra y sale de las pequeñas tiendas de regalos navideños.
Ya que disponíamos de dos días decidimos dedicar el primero a visitar dos ciudades cercanas de Bruselas como son Brujas y Gante. Para ir a esas dos ciudades en un sólo día es muy fácil, basta con acercarse a la estación de trenes Midi-Bruselas y desde allí comprar los billetes. No hay problema ninguno ya que salen con mucha regularidad y hasta se puede comprar un billete de ida y vuelta a Brujas con parada en Gante. Debido a que son ciudades muy turísticas están muy acostumbrados a que la gente visite las dos en el mismo día. El tren cuesta unos treinta euros para las dos ciudades, por lo que se pueden visitar sin ningún problema.
Primero paramos en Brujas, ya que era la más alejada y la verdad es que me gustó mucho. Se tarda poco más de una hora y el tren te deja en la estación que esta un poco alejada del centro, pero debido a lo pequeña de la ciudad se puede ir caminando hasta la parte principal de la ciudad. Como era navidad muchas de las plazas estaban llenas de mercadillos navideños y todo estaba con alumbrado festivo y un ambiente espectacular. La primera plaza a la que llegamos fue Markt,, que se encuentra rodeada de increíbles edificios medievales donde podremos disfrutar de un arquitectura típica flamenca. Desde allí nos dirigimos a otra de las pequeñas y bonitas plazas, la Burg, donde todos los restaurantes tenían las terrazas puestas llenas de estufas para hacer la cena un poco más cálida. Podéis pasear por los canales, visitar sus imponentes iglesias o saborear una deliciosa cerveza, pero sin lugar a dudas la mejor forma de disfrutar de esta ciudad es simplemente deambular por las calles empedradas mientras se observa como la gente entra y sale de las pequeñas tiendas de regalos navideños.
Después de disfrutar con la bonita ciudad de Brujas decidimos visitar por la tarde la famosa Gante, ya que ambas rivalizan por ver cual es la ciudad más bonita de Bélgica. Tengo que reconocer que estuvimos más tiempo en la primera que en la segunda por lo que me pareció más bonita Brujas que Gante, aunque esta última era más señorial y llena de monumentos para visitar. Una vez que llegas a la ciudad puedes ir al centro dando un largo paseo o cogiendo el tranvía que te dejará cerca de la plaza Korenmarkt , lugar desde donde puedes empezar a visitar la ciudad. En mi caso era época navideña por lo que estaba toda llena de puestos para comprar típicos adornos o degustar uno de sus famosos gofres. Cuando nos cansamos de deambular un rato nos fuimos al famoso Belfort, un imponente campanario desde donde se puede divisar a vista de pájaro todo el centro y sentirse como un vigilante de la ciudad esperando la llegada de los enemigos. Ver toda la ciudad adornada con luces navideñas la verdad es que le da un encanto diferente. Desde aquí cruzamos la calle para visitar la St Baafskathedraal, un inmenso edificio que impresiona tanto por dentro como por fuera. Finalmente después de deambular un poco por las calle adornadas decidimos hacer la típica foto en El puente de San Miguel donde apreciar un poco la típica arquitectura de pequeñas casas de los países bajos y Bélgica.
De nuevo en Bruselas decidimos hacer lo que hace todo típico turista español cuando está de viaje ir a cenar donde indica la guía y meterse en algún bar a saborear una cerveza casera. Lo primero que hicimos fue coger el camino desde La Grand Place hacía la Plaza de la bolsa y en una de esas calles se encuentra el restaurante
Fritland, un pequeño sitio abarrotado, no sólo por turistas sino también por gente local. Hay todo tipo de cosas, pero la más espectacular es un bocadillo lleno de tantas cosas que le ponen hasta patatas fritas, digno de ver y comer, aunque tampoco nos confundamos, este tipo de países no son especialmente manjares gastronómicos, sino más bien son cantidades industriales de comida grasienta, pero un fin de semana al año no mata a nadie.
Con el estomago lleno nos fuimos a la Plaza de la Bolsa donde pudimos pasear a nuestro gusto ya que todas las calles adyacentes estaban cortadas al trafico y llenas de puestos para comer, beber o comprar regalitos navideños. Para terminar el día decidimos tomar una sabrosa y refrescante cerveza en un pub cualquiera de los alrededores, dando por concluido un bonito día recorriendo los entresijos de este pequeño y céntrico país.
Fritland, un pequeño sitio abarrotado, no sólo por turistas sino también por gente local. Hay todo tipo de cosas, pero la más espectacular es un bocadillo lleno de tantas cosas que le ponen hasta patatas fritas, digno de ver y comer, aunque tampoco nos confundamos, este tipo de países no son especialmente manjares gastronómicos, sino más bien son cantidades industriales de comida grasienta, pero un fin de semana al año no mata a nadie.
Con el estomago lleno nos fuimos a la Plaza de la Bolsa donde pudimos pasear a nuestro gusto ya que todas las calles adyacentes estaban cortadas al trafico y llenas de puestos para comer, beber o comprar regalitos navideños. Para terminar el día decidimos tomar una sabrosa y refrescante cerveza en un pub cualquiera de los alrededores, dando por concluido un bonito día recorriendo los entresijos de este pequeño y céntrico país.
Día 3
Bruselas - Alicante
Nuestro avión salía a las cinco de la tarde, por lo que decidimos dejar las maletas en el hotel y dedicarnos a visitar concienzudamente lo que nos quedaba de Bruselas. La capital de Bélgica tiene muchas cosas para ver y disfrutar, pero nosotros habíamos hecho una selección de aquellos lugares que no queríamos perdernos y el primero de ellos era el Parque du Cinquantenarie. No sólo queríamos admirar el famoso arco del triunfo, sino porque dentro de sus jardines se encuentra la Gran Mezquita de Bruselas. Seguramente debido a que he nacido rodeado de Iglesias cristianas soy un apasionado de templos como las mezquitas o las pagodas, por lo que siempre que tengo ocasión las visito y deambulo por ellas para ver como la gente hace vida cerca de sus lugares sagrados, en esta ocasión era todavía más necesario ya que recientemente habían sido los atentados de París y esta comunidad no lo estaba pasando precisamente bien en estos momentos. Una vez frente a las puertas te das cuenta de que es un pequeño y humilde templo, que nada tiene que ver con los edificios imponentes de Oriente Medio, pero aún así decidimos entrar para curiosear un poco. Nada más cruzar la puerta habían tres hombres adultos hablando por lo que me paré esperando que me dijesen que no podía entrar, pero todo lo contario, los tres hombres dejaron su charla a un lado y me invitaron a entrar y curiosear a mi antojo. Era un edificio circular por dentro dividido en diferentes dependencias y la verdad es que más que una mezquita era una especie de Madrasa, donde habían niños pequeños aprendiendo lecciones, muy probablemente sobre el Corán. Lo que más me llamó la atención fue que entre los niños musulmanes también habían niños occidentales, rubitos y totalmente integrados con los otros. No sé muy bien si sus padres podrían ser de religión musulmana o simplemente estaban allí para acompañar a algunos amigos del colegio, pero ver como los niños hacen cosas que los adultos vemos imposibles me revuelve algo por dentro, no todo está perdido aún.
Antes de abandonar el parque decidimos entrar al Real Museo de las Fuerzas Armadas, no soy muy de museos y menos de este estilo, pero había leído que habían unas trincheras de la I Guerra Mundial intactas, aunque después de mucho buscar me informaron mejor y se encuentran fuera de la capital, como era de esperar, por lo que no recomiendo perder mucho tiempo en este museo que no tiene cosas demasiado interesantes para un profano del ejercito.
Para finalizar visitamos otro de los monumentos más famosos de Bruselas, la Basílica del Sacre Cor, una impresionante catedral un poco sombría y fría. Una de las cosas más espectaculares del edificio es que se ve desde muy lejos, llegando por una avenida peatonal rodeada de arboles, por lo que parece más una fortaleza infranqueable, que una típica iglesia europea.
Nuestro avión salía a las cinco de la tarde, por lo que decidimos dejar las maletas en el hotel y dedicarnos a visitar concienzudamente lo que nos quedaba de Bruselas. La capital de Bélgica tiene muchas cosas para ver y disfrutar, pero nosotros habíamos hecho una selección de aquellos lugares que no queríamos perdernos y el primero de ellos era el Parque du Cinquantenarie. No sólo queríamos admirar el famoso arco del triunfo, sino porque dentro de sus jardines se encuentra la Gran Mezquita de Bruselas. Seguramente debido a que he nacido rodeado de Iglesias cristianas soy un apasionado de templos como las mezquitas o las pagodas, por lo que siempre que tengo ocasión las visito y deambulo por ellas para ver como la gente hace vida cerca de sus lugares sagrados, en esta ocasión era todavía más necesario ya que recientemente habían sido los atentados de París y esta comunidad no lo estaba pasando precisamente bien en estos momentos. Una vez frente a las puertas te das cuenta de que es un pequeño y humilde templo, que nada tiene que ver con los edificios imponentes de Oriente Medio, pero aún así decidimos entrar para curiosear un poco. Nada más cruzar la puerta habían tres hombres adultos hablando por lo que me paré esperando que me dijesen que no podía entrar, pero todo lo contario, los tres hombres dejaron su charla a un lado y me invitaron a entrar y curiosear a mi antojo. Era un edificio circular por dentro dividido en diferentes dependencias y la verdad es que más que una mezquita era una especie de Madrasa, donde habían niños pequeños aprendiendo lecciones, muy probablemente sobre el Corán. Lo que más me llamó la atención fue que entre los niños musulmanes también habían niños occidentales, rubitos y totalmente integrados con los otros. No sé muy bien si sus padres podrían ser de religión musulmana o simplemente estaban allí para acompañar a algunos amigos del colegio, pero ver como los niños hacen cosas que los adultos vemos imposibles me revuelve algo por dentro, no todo está perdido aún.
Antes de abandonar el parque decidimos entrar al Real Museo de las Fuerzas Armadas, no soy muy de museos y menos de este estilo, pero había leído que habían unas trincheras de la I Guerra Mundial intactas, aunque después de mucho buscar me informaron mejor y se encuentran fuera de la capital, como era de esperar, por lo que no recomiendo perder mucho tiempo en este museo que no tiene cosas demasiado interesantes para un profano del ejercito.
Para finalizar visitamos otro de los monumentos más famosos de Bruselas, la Basílica del Sacre Cor, una impresionante catedral un poco sombría y fría. Una de las cosas más espectaculares del edificio es que se ve desde muy lejos, llegando por una avenida peatonal rodeada de arboles, por lo que parece más una fortaleza infranqueable, que una típica iglesia europea.
Para finalizar nuestra escapada por Bélgica sólo nos faltaba hacer dos cosas, la primera ir a la zona donde se encuentran los edificios de la Unión Europea y hacernos un par de fotos frikis con todas las banderitas y demás emblemas que tanto vemos por los telediarios y la segunda degustar un buen plato de mejillones acompañado de una suculenta fuente de patatas fritas. Por la zona del cetro volvimos a deambular de camino al hotel y nos hicimos un par de fotos con nuestros compatriotas Don Quijote y Sancho Panza dando por finalizada esta escapada invernal al centro de Europa.
Conclusiones
Bélgica es un bonito país del centro de Europa donde ver bonitos monumentos y visitar ciudades llenas de encanto y cosas que hacer, pero como a la mayoría de países de esa zona del falta como yo digo un poco de "alma".
Indudablemente no puedo juzgar un país por una visita de tres días, sería muy prepotente por mi parte, pero a lo que me refiero que no es muy diferente de España, por lo que el contraste no es muy grande.
Aunque también tengo que decir que como escapada navideña y para disfrutar de unos días festivos diferentes me ha parecido un lugar increíble y muy orientado a está época del año que con tanta intensidad vivimos en occidente.
Indudablemente no puedo juzgar un país por una visita de tres días, sería muy prepotente por mi parte, pero a lo que me refiero que no es muy diferente de España, por lo que el contraste no es muy grande.
Aunque también tengo que decir que como escapada navideña y para disfrutar de unos días festivos diferentes me ha parecido un lugar increíble y muy orientado a está época del año que con tanta intensidad vivimos en occidente.