Todos hemos empezado visitando ciudades como Londres o Roma, que aunque son dos destinos impresionantes también están completamente atestadas de turistas. Para tomar un café, entrar a un museo o hacer una foto hay que armarse de paciencia, por eso a lo largo de mis años he empezado a apreciar enormemente las ciudades que aún teniendo decenas de maravillas para mostrarme no estaban aún colapsadas por el turismo.
Entre todas ellas he decidido elegir cinco, para animar a los lectores a que salgan un poco de los circuitos turísticos y conozcan una Europa diferente.
1- Sarajevo (Bosnia i Herzegovina)
Cuando escuchamos la palabra Sarajevo es indiscutible que la primera imagen que nos viene a la cabeza sean los bombardeos de los serbios durante la guerra de los Balcanes, pero aunque esta ciudad tiene un duro pasado no es menos cierto que su futuro es prometedor.
Si paseamos por el centro de la ciudad nos dará la sensación de estar en Turquía, ya que el imperio Otomano fundó la ciudad y estuvo asentado en ella durante quinientos años. Podremos deambular por las estrechas callejuelas del bazar mientras escuchamos la llamada a la oración en cualquiera de las decenas de mezquitas que encontraremos a nuestro paso. Si estamos cansados no tendremos mas que parar en cualquier tetería y degustar un sabroso té turco o un delicioso pastel de pistachos con miel.
Saliendo del centro nos sorprenderá las bonitas casas de la época del imperio austro-húngaro, que durante más de cincuenta años dieron una elegancia a la ciudad como si de la misma Budapest se tratase.
Y si lo que nos gusta es la historia estamos ante el centro del conflicto de la reciente guerra de los Balcanes. Para poder aprender más sobre este momento deberemos contratar a alguno de los cientos de guías que tiene la ciudad y escuchar como nos relatan lo terribles sucesos que tuvieron lugar en esta capital.
Si todo esto no fuera ya de por si suficiente aliciente, solo tengo que decirte que es una de las ciudades más baratas de Europa, comer cuesta aproximadamente tres euros, los monumentos son gratis y los autobuses para recorrer el país no te costarán más de diez euros.
Esta ciudad cumple todas las condiciones de un viaje diferente por Europa, una centro al más puro estilo asiático, una oferta gastronómica inmejorable, unos precios de risa y por supuesto una ausencia casi total de turistas.
Por todos estos motivos la he colocado la primera en la lista, ya que no debéis pasar la oportunidad de conocer este lugar antes de que los turo-operadores la pongan en sus revistas.
Entre todas ellas he decidido elegir cinco, para animar a los lectores a que salgan un poco de los circuitos turísticos y conozcan una Europa diferente.
1- Sarajevo (Bosnia i Herzegovina)
Cuando escuchamos la palabra Sarajevo es indiscutible que la primera imagen que nos viene a la cabeza sean los bombardeos de los serbios durante la guerra de los Balcanes, pero aunque esta ciudad tiene un duro pasado no es menos cierto que su futuro es prometedor.
Si paseamos por el centro de la ciudad nos dará la sensación de estar en Turquía, ya que el imperio Otomano fundó la ciudad y estuvo asentado en ella durante quinientos años. Podremos deambular por las estrechas callejuelas del bazar mientras escuchamos la llamada a la oración en cualquiera de las decenas de mezquitas que encontraremos a nuestro paso. Si estamos cansados no tendremos mas que parar en cualquier tetería y degustar un sabroso té turco o un delicioso pastel de pistachos con miel.
Saliendo del centro nos sorprenderá las bonitas casas de la época del imperio austro-húngaro, que durante más de cincuenta años dieron una elegancia a la ciudad como si de la misma Budapest se tratase.
Y si lo que nos gusta es la historia estamos ante el centro del conflicto de la reciente guerra de los Balcanes. Para poder aprender más sobre este momento deberemos contratar a alguno de los cientos de guías que tiene la ciudad y escuchar como nos relatan lo terribles sucesos que tuvieron lugar en esta capital.
Si todo esto no fuera ya de por si suficiente aliciente, solo tengo que decirte que es una de las ciudades más baratas de Europa, comer cuesta aproximadamente tres euros, los monumentos son gratis y los autobuses para recorrer el país no te costarán más de diez euros.
Esta ciudad cumple todas las condiciones de un viaje diferente por Europa, una centro al más puro estilo asiático, una oferta gastronómica inmejorable, unos precios de risa y por supuesto una ausencia casi total de turistas.
Por todos estos motivos la he colocado la primera en la lista, ya que no debéis pasar la oportunidad de conocer este lugar antes de que los turo-operadores la pongan en sus revistas.
2- Edirne (Turquía)
Esta ciudad fronteriza entre Turquía y Bulgaria es un claro ejemplo de un lugar completamente desconocido, pero que debería de ser una visita obligada en este maravillo país. Debido a que todo el mundo visita la asombrosa Estambul, casi nadie se para a disfrutar de la que llegó a ser capital del impero Otomano.
Aunque seguimos en la parte europea, aquí ya nos podemos empezar a dar cuenta de que algo es diferente, las gentes están en la puerta de los comercios sentadas en pequeñas sillas charlando, hay un bullicio enorme de gente, el trafico es denso, los coches están completamente abollados.... y no debemos olvidar que al estar en un país musulmán desde cualquier esquina podremos escuchar la llamada a la oración, momento en el que veremos como la gente sale de sus bazares y acude a la mezquita más cercada para orar.
En esta ciudad tenemos la majestuosa Mezquita de Selimiye construida por el maestro Sinan a la edad de 80 años. Este templo se puede ver desde casi cualquier punto de la ciudad y se considera una de las mayores joyas de la arquitectura otomana. Gracias a que Turquía es un país muy abierto podremos entrar no solo a esta mezquita sino a todas las de la ciudad y se nos permitirá hacer fotografías en su interior, siempre respetando si coincidimos con el tiempo de oración.
Una vez visitados todos los monumentos deberemos ir a alguno de sus restaurantes y degustar un plato de cordero especiado que volverá loco a nuestro paladar.
Al igual que en Sarajevo, en esta ciudad no encontraremos turistas, por lo que nos dará la sensación de que formamos parte de la vida cotidiana de sus habitantes.
3- Riga (Letonia)
Son pocos los españoles que visitan Letonia, pero no sólo es un bonito país para descubrir sino que su capital es un lugar tranquilo, pequeño y sorprendente donde pasar un día.
Esta ciudad nos llamará la atención por sus casas restauradas, sus calles adoquinadas y sus modernos restaurantes donde podremos degustar cualquiera de las deliciosas sopas que preparan. Tanto este país como sus vecinos tienen mucha fama por sus caldos, tanto es así que hasta tienen especiales para verano, como la sopa fría de remolacha, que hará las delicias de los paladares más exigentes.
Letonia vivió en sus carnes las invasiones de los nazis y de los soviéticos por lo que podremos conocer lugares emblemáticos de esa época. Por un lado deberemos visitar su gueto, que aunque un poco alejado del centro es de visita obligada ya que se encuentra restaurado y bien explicado con fotos y detalles. Por otro lado de la época soviética se conservan sobre todo edificios, los cuales se distinguen perfectamente ya que son grandes, sombríos y sin ningún tipo de decoración, para demostrar la neutralidad del momento.
Después de ir de museo en museo lo mejor es ir al centro de la ciudad y visitar su catedral, donde podremos subir hasta el campanario y hacer unas maravillosas fotos de toda la ciudad. Una vez fuera del templo debemos simplemente pasear por su casco histórico y admirar la bonita arquitectura de toda la ciudad.
Si nos encontramos cansados nada mejor que tomar una refrescante cerveza en cualquiera de las cafeterías que encontraremos en sus plazas públicas.
Ya que se encuentra lejos del mar Báltico aquí no encontraremos las aglomeraciones turísticas de los cruceros que si se da en Tallin, por lo que no tendremos ni que reservar mesa en los restaurantes ni hacer colas en los museos, simplemente deberemos ir a donde nos plazca.
Por último comentar que como todo el país los precios son muy baratos, pero debido a que cada vez Letonia es más prospera y que ya pertenece a la Unión Europea, en los próximos años esta ciudad se encarecerá, como ya pasó de forma exagera en lugares como Praga.
4- Belgrado (Serbia)
Visitar esta ciudad es toda una experiencia. Nosotros llegamos a ella en autobús desde Croacia y el cambio fue como del día a la noche, no debemos olvidar que Serbia no pertenece a la Unión Europea, por lo que no ha recibido ningún tipo de ayuda, a diferencia de sus vecinos.
Esta ciudad fue bombardeada por la OTAN para finalizar el genocidio que estaban haciendo los serbios con los bosnios y kosovares, eso se ve patente en muchos de los edificios completamente destruidos y que se mantienen así para recordar que no se debe nunca iniciar una guerra. El resto de edificios de vivienda están realmente deteriorados, los balcones caídos, las ventanas rotas, ni siquiera una superficial mano de pintura en las fachadas. Da una sensación de estar viviendo dentro de una película ambientada en la URSS.
Aunque lo más impactante es la propia sensación que te alberga recorriendo las calles de la ciudad. Entre los monumentos el más espectacular sin duda es la Catedral Ortodoxa de St Sava, aunque inacabada por dentro cuando yo estuve, es uno de los templos ortodoxos más impresionantes que he visto a lo largo de mis viajes por Europa del este. Después de sorprendernos con la magnitud de la catedral podemos ir a visitar el fuerte que se encuentra en un parque y que tiene unas vistas de la ciudad perfecta para hacer nuestras fotos de rigor.
En el mismo centro de la ciudad encontramos un lugar completamente diferente, el llamado barrio de Skadarlija, lugar donde viven los bohemios serbios. Es como si estuviésemos en un pueblo dentro de la propia ciudad, piso adoquinado, casas de dos plantas con las fachadas arregladas, alguna cervecería pequeña y comercios locales de artesanos que harán las delicias de los compradores de regalos.
Por la noche en el mismo centro de la ciudad hay decenas de restaurantes donde tomar algo y poder experimentar la vida nocturna de este país.
Cuenta con una oficina de turismo en el mismo centro, pero la verdad es que nosotros no vimos ningún turista en todo el tiempo que pasamos en la ciudad, y como siempre en esta zona de Europa los precios de las cosas eran casi de risa, se puede tener un hotel céntrico por unos diez euros.
5- Sofía (Bulgaria)
Bulgaria es un país de contrastes donde podremos visitar un monasterio ortodoxo entre las montañas de los Balcanes, pasear por el anfiteatro romano de Plovdiv o deambular por las calles de la curiosa Veliko Tarnovo.
Su capital es una ciudad pequeña y tranquila llena de gente joven con ganas de olvidar sus años más duros de la época soviética.
En los alrededores del centro podremos visitar decenas de iglesias ortodoxas, pero sin lugar a dudas la mas espectacular es la que se encuentra en una plaza pública rodeada de arboles, la catedral de Alejandro Nevski.
Los amantes de la zona soviética estarán encantados ya que la ciudad es sí pose una arquitectura propia de esa época, construcciones megalómanas en medio de plazas y hoteles que frecuentaban los altos cargos del partido. En uno de estos nos hospedamos nosotros y podemos dar fe de que no se había restaurado desde esa época.
Tampoco debemos olvidar que su calle principal es peatonal y esta llena de restaurantes y bares para poder degustar la comida tradicional o una buena cerveza búlgara.
Al contar casi exclusivamente con turistas nacionales los precios son ridículos y podréis hasta reservar un hotel en el mismo centro de la ciudad por poco más de diez euros. Este país tardará aún en abrirse masivamente al turismo por lo que por ahora es un buen lugar para empezar a disfrutar de un rincón escondido de la vieja Europa.