Todo el mundo que disfruta viajando tiene que acabar haciendo una parada en Estambul. Cada piedra, cada ladrillo y cada centímetro de esta ciudad es como un museo. Estamos hablando de un lugar que fue Bizancio, Constantinopla y Estambul, fue ciudad de los griegos, capital del Imperio Romano y capital del Imperio Otomano.
Si a esto le unimos que es una ciudad con más de de quince millones de habitantes tenemos un caldo de cultivo espectacular para disfrutar durante muchos días de un lugar de ensueño.
La mejor manera de visitar la ciudad es teniendo claro que se puede estructurar en tres zonas, la parte antigua, la parte nueva y la zona oriental. Sin lugar a dudas en la que más tiempo pasaremos será la antigua, ya que está la mayoría de los monumentos, pero no hay que descartar las otras dos zonas, ya que le darán un toque especial a nuestro viaje.
Zona Antigua
Esta zona abarca desde Eminonu al norte y Sultanhamet al sur, es todo lo que queda al sur del puente de Gálata. Aquí encontraremos las ruinas antiguas de la ciudad.
1- Mezquita Santa Sofia
Estamos ante uno de los monumentos más increíbles que uno puede ver. Es un edificio construido en el año 537 después de cristo como Catedral Ortodoxa Bizantina y que duró así hasta el 1453. Después se convirtió en mezquita, con la llega del Imperio Otomano hasta el 1935 que se convirtió en museo. Actualmente, después de 2020 vuelve a ser usada como Mezquita, y creo que es un acierto, sobre todo para los turistas, ya que no es lo mismo ver ese increíble templo como si de un museo se tratase, que ver la vida cotidiana de la gente y escuchar la llamada a la oración dentro de semejante templo. Su grandeza fue tan apreciada por el Imperio Otomano que las nuevas mequitas que creó, como la Mezquita Azul o la de Solimán intentan replicarla, pero no han conseguido la espectacularidad que tiene la magnífica Santa Sofía.
Debido a que es una mezquita no hay que pagar entrada y lo más importante es que está abierta por la noche hasta las once y por lo que si acudes sobre las diez y media podrás escuchar la última llamada a la oración y ver como la gente entra para su último rezo, una experiencia única en la ciudad.
2- Mezquita Sultán Ahmed (Mezquita Azul)
Frente a la imponente Mezquita de Santa Sofía, encontramos la famosa mezquita azul. Se le conoce así entre los turistas porque por dentro está completamente decorada con azulejos azules y le da un toque único. Como lugar sagrado que es no hay que pagar entrada, pero sólo se puede entrar en ciertos momentos, cuando no sea el momento de rezar.
El sultán quería hacer una mezquita más imponente que Santa Sofía y Soliman, y aunque por dentro es muy bonita por fuera no llega al esplendor de las otras dos.
Aunque por la noche no se puede visitar ya que cierra pronto, es bonita verla iluminada desde la plaza que tiene su mismo nombre. Si no es muy tarde se puede ver a la gente local hacer vida en esta bonita zona verde y céntrica de Estambul.
3- Tumba del Sultán Ahmed I
Las mezquitas suelen tener grandes complejos a su alrededor tales como madrazas, baños turcos y tumbas. En esta ocasión justo al lado de la propia mezquita encontramos las tumbas del sultán Ahmed, de su mujer ucraniana y del resto de familiares.
Es un pequeño edificio y para verlo hay que descalzarse, pero se hace curioso ver como se han conservado con tanto cuidado hasta nuestros días.
4- Gran Bazar
En el mismo centro de la zona antigua encontramos este gigantesco mercado. Esta lleno de tiendas de todo tipo pero se nota que a día de hoy está muy orientado al turismo. Hay muchas tiendas de ropa para turistas y típicos regalitos que los turistas compramos alguna vez como imanes o postales.
La realidad es que uno no puede irse de Estambul sin visitar este mercado, pero la verdad es que no tiene nada interesante de ver, más allá de la increíble estructura del mismo y lo gigantesco que es.
5- Mezquita de Solimán
En una ciudad como Estambul nunca dejarás de poder visitar una nueva mezquita y la verdad es que cada una tiene su encanto. De todas maneras aunque no seas muy fan de estos edificios hay algunas que son de obligada visita y ésta es una de ellas. Se encuentra ubicada en una de las colinas de la ciudad y si ya has cruzado el Puente de Gálata la habrás podido ver imponente sobre la vieja ciudad.
La ubicación es perfecta, rodeada de antiguas casa otomanas y pequeños restaurantes donde degustar las lentejas picantes que tan sabrosas saben preparar los cocineros de esta ciudad. Por fuera tiene el patio de la ablaciones con la típica fuente en medio y por dentro las alfombras y las lámparas colgadas del techo de dejarán sin aliento. Un lugar indispensable dentro de vuestro paseo por la antigua Constantinopla.
6- Bazar de las especias
Mientras que el Gran Bazar me pareció una trampa para turistas el de las especias me pareció más auténtico. De tamaña mucho más reducido que el otro y más basado en alimentación se puede ver como la gente local hace algunas pequeñas compras. Aquí podrás encontrar todas las especias y clases de tés que te puedas imaginar.
Pasear durante un rato, dejarte llevar por lo olores y acabar comprando algo para probar puede ser un bonito recuerdo de esta ciudad.
7- Palacio Topkapi
Tengo que reconocer que no soy muy fan de los palacios y la verdad es que éste no fue una excepción. Como todos los otros que puedes visitar a lo largo de Europa está compuesto de habitaciones inmaculadas, decoraciones de oro y jardines para disfrutar del aire libre. Para mí a estos lugares les falta vida y magia, sin embargo les sobra turistas.
Verás los aposentos del rey, de sus concubinas y los salones donde bailaban, pero no vi ninguna diferencia de un palacio en Francia o en España.
Es un lugar que hay que visitar porque es un emblema para la ciudad, pero tampoco dedicaría más de una mañana para recorrer sus salones y habitaciones.
Zona Galata
Aunque es una zona llena de tiendas, bares y restaurantes hay poca cosa para ver. Es la zona nueva de la ciudad donde los edificios son nuevos y la gente hace la vida del día a día, olvidándose un poco de los turistas. Aunque a mí me gusto mucho esta zona me pareció la parte más europea de toda la ciudad.
1- Torre de Gálata
Básicamente es el único monumento importante que ver en esta zona. La mejor hora para visitarla es al atardecer ya que podréis sacar maravillosas fotos de todo el perfil de la ciudad. Pero tener en cuenta de que hay que hacer cola tanto para comprar el ticket como para entrar por lo que calcular bien el tiempo no sea que al final lleguéis demasiado tarde.
Zona Asiática
Al otro lado del Bósforo se encuentra lo que se conoce como la zona asiática de Estambul, precisamente porque en este punto comienza el continente asiático. Hay muchos motivos para pasar una mañana en esta zona pero los mejores son el paseo en ferry, los restaurantes a orillas del Bósforo y sobre todo la visita de la Mezquita Camlica, la más grande de la ciudad de Estambul.
1- Mezquita Camlica
Es una mezquita de nueva construcción que se encuentra en medio de la zona asiática. La mejor forma de llegar es una vez que te bajas del ferry entrar a la estación de metro, que está justo al lado e ir hasta la parada de Kisikli. Desde aquí tendréis que subir por una calle empinada hasta un parque y desde allí un sendero os llevará hasta la misma puerta. Debido a lo famosa que es y la cantidad de vistas que tiene justo al final del parque hay pequeños lugares para comer algo, tipo la famosa patata rellena que tanto le gusta a los turcos.
La construcción es de estilo europeo pero tiene también un patio antes de la entrada que recuerda a las grandes mezquitas de Asia Central. Sin lugar a dudas es una visita obligada, no sólo por el edificio en sí, sino también por el paseo por toda la zona asiática que tendréis que hacer para llegar a ella.
2- El Bosforo
La ciudad de Estambul vive de cara al Bosforo, sus grandes palacios están en sus orillas, los grandes puentes lo cruzan y es la división natural entre dos continentes. Una de las mayores razones de ir a la zona asiática es poder cruzar el Bosforo en un ferry y poder divisar la majestuosidad de la ciudad desde el mar.
Una vez que estamos en el otro lado veremos que hay algunos restaurantes justo en la orilla por lo que podremos pedir algo para picar mientras disfrutamos de la refrescante brisa que genera esa gran masa de agua casi sagrada.
3- Usküdar
Lo último para ver, o lo primero, según se mire es el barrio de Usküdar. Es el lugar donde te deja el ferry y lo mejor es deambular por sus calles para ver como vive la gente alejada del turismo.
Podréis pasear por las plazas, escuchar la llamada a la oración o perderos por sus mercados de alimentos, cualquier excusa será buena para poder conocer de primera mano otra Estambul diferente.