Día 6
Selfoss - Reikiavik
Selfoss - Gamla Laugin ( 40 minutos )
No habíamos podido reservar la visita al famoso Secret Lagoon, ya que no estaba en nuestro planes inicialmente por lo que decidimos hacer una parada en otra de las piscinas naturales que tienen en este país, Gamla Laugin.
Seguramente no será tan espectacular como el famoso Secret Lagoon, pero la verdad es que estaba mucho menos masificado y parecía mucho más natural. Sin lugar a dudas es una experiencia única, poder bañarte a 36 grados mientras en el exterior hace tres grados, eso sí cuando sales hacía los vestuarios tu cuerpo nota esa diferencia de temperatura. El precio está muy bien y el lugar está alejado de los turistas, por lo que si os encontráis por la zona no perdáis la oportunidad de relajaros en esta charca geotérmica natural.
Selfoss - Gamla Laugin ( 40 minutos )
No habíamos podido reservar la visita al famoso Secret Lagoon, ya que no estaba en nuestro planes inicialmente por lo que decidimos hacer una parada en otra de las piscinas naturales que tienen en este país, Gamla Laugin.
Seguramente no será tan espectacular como el famoso Secret Lagoon, pero la verdad es que estaba mucho menos masificado y parecía mucho más natural. Sin lugar a dudas es una experiencia única, poder bañarte a 36 grados mientras en el exterior hace tres grados, eso sí cuando sales hacía los vestuarios tu cuerpo nota esa diferencia de temperatura. El precio está muy bien y el lugar está alejado de los turistas, por lo que si os encontráis por la zona no perdáis la oportunidad de relajaros en esta charca geotérmica natural.
Gamla Laugin - Seltun ( 1 hora y media )
Teníamos que devolver el coche por lo que de camino al aeropuerto aún nos quedaban un par de cosas para ver, y una de ellas era Seltun. Éste es uno de esos lugares por lo que se dice que la isla es una mezcla de hielo y fuego, porque desde nuestros pies salían humaredas ardientes. Rodeados de un color tierra rojizo y ríos de agua hirviendo parecía que estuviéramos más en una película de Julio Verne sobre "viaje al centro de la tierra" que de vacaciones.
Si no has tenido ocasión de adentrarte en las inhóspitas tierras centrales de Islandia este lugar te servirá para hacerte un poco la idea de lo que hierve sobre el subsuelo de esta tierra viva.
Seltun - Aeropuerto de Reikiavik ( 1 hora )
Finalmente teníamos que dejar el coche en el aeropuerto y empezar a visitar la tranquila capital de Islandia. La mejor forma de ir desde el aeropuerto hacía el centro es con la compañía de autobueses Gray Line Tours. Lo mejor de todo es que puedes comprar un billete de ida y vuelta, pero en lugar de dejarte en la parada de autobuses te dejan muy cerca de tu hotel, porque tienen unas paradas determinadas. Cuando decidas a que hora quieres volver al aeropuerto para marcharte a casa puedes registralo en la web y ellos te pasaran a recoger junto a tu hotel, sin lugar a dudas es el mejor servicio de ida y vuelta de un aeropuerto que he visto nunca.
Reikiavik
Lo primero que hicimos en llegar a la capital fue hospedarnos en Eric The Red Guesthouse que es lo más parecido a estar en tu propia casa a cientos de kilómetros del lugar donde naciste. En el mismo centro de la ciudad, una casa grande con unas habitaciones con ventanas gigantes donde poder disfrutar de la aurora boreal y un desayuno casero que hará las delicias del huésped más exigente.
Para poder calentarnos un poco, ya que vayas cuando vayas a Islandia las noches son frías, decidimos ir al famoso Icelandic Street Food, donde sirven las famosas sopas de cordero o pescado sobre un cuenco hecho de pan. Como todo en Islandia es caro, pero con lo calentitas y sabrosas que están, hay que probarlas, eso sí, puedes repetir tantas veces como quieras por el mismo precio.
Finalmente nos dirigíamos al hotel cuando miramos al cielo y lo vimos cubierto de una lengua verde que se movía como si de una serpiente se tratase, estábamos viendo con nuestros propios ojos la aurora boreal. Nos quedamos en medio de la calle principal como tontos, mientras el resto de turistas hacían lo propio, sin lugar a dudas para aquellos que no estamos acostumbrados a ver este fenómeno es algo realmente indescriptible, es como si una serpiente gigante surcase el cielo moviéndose a una velocidad endiablada.
Igual que había aparecido la aurora se fue y nos dejo en medio de la calle dándonos cuenta de que estábamos completamente helados, hacía un frío terrible, por lo que empezamos a correr de camino al hotel para poder calentarnos un poco, sin lugar a dudas Islandia se estaba despidiendo a lo grande de nosotros.
Lo primero que hicimos en llegar a la capital fue hospedarnos en Eric The Red Guesthouse que es lo más parecido a estar en tu propia casa a cientos de kilómetros del lugar donde naciste. En el mismo centro de la ciudad, una casa grande con unas habitaciones con ventanas gigantes donde poder disfrutar de la aurora boreal y un desayuno casero que hará las delicias del huésped más exigente.
Para poder calentarnos un poco, ya que vayas cuando vayas a Islandia las noches son frías, decidimos ir al famoso Icelandic Street Food, donde sirven las famosas sopas de cordero o pescado sobre un cuenco hecho de pan. Como todo en Islandia es caro, pero con lo calentitas y sabrosas que están, hay que probarlas, eso sí, puedes repetir tantas veces como quieras por el mismo precio.
Finalmente nos dirigíamos al hotel cuando miramos al cielo y lo vimos cubierto de una lengua verde que se movía como si de una serpiente se tratase, estábamos viendo con nuestros propios ojos la aurora boreal. Nos quedamos en medio de la calle principal como tontos, mientras el resto de turistas hacían lo propio, sin lugar a dudas para aquellos que no estamos acostumbrados a ver este fenómeno es algo realmente indescriptible, es como si una serpiente gigante surcase el cielo moviéndose a una velocidad endiablada.
Igual que había aparecido la aurora se fue y nos dejo en medio de la calle dándonos cuenta de que estábamos completamente helados, hacía un frío terrible, por lo que empezamos a correr de camino al hotel para poder calentarnos un poco, sin lugar a dudas Islandia se estaba despidiendo a lo grande de nosotros.